
Aro aro aro, tengo ganas de cantar el conchetumadristico, de vertir las palabras cual cáliz de ron cola, y despertar putrefacto sobre mi cama, con resaca bulliciosa y lastimera, tengo ganas de toser hasta ahogarme y comer un huevito duro sobre un barco que flote en un rio, que el rio flote en mi cabeza, y junto a mi cabeza, que el duende deje caer migajas de pan , obligarme a creer en su nevazón de calóricas sonrisas, llamarle David como me enseñaron desde chiquitito, y esperar a que miles de ogros sangrantes de narices remezan la rivera de este té derramado.
Aro aro aro, tengo ganas de ladrar lo abandonado, chuta me salio verso, pero no continuare menudo juego estúpido de repetición. Lóbrego borrego, quiero graznar la ingratitud de mi tierra, q sabe y huele a mierda, a tanta sangre y lamento, y en un arrullo violento, quiero segarme con lentes de sol y sentarme en la rivera del tercer escalón de Baquedano a no vivir, a mover mi tarrito con parkinson, como el mensajero de la paz, y quitarme esta comezón de los zapatos, este berrinche escandaloso, que me mantiene atado al sillón y a la invalidez, estas ganas de arrancarme un brazo, de enterrarme, de vestirme de ataúd, o de traje, que es lo mismo.
Quiero una mascara de conejo, para viajar de mi casa al trabajo, para caminar por Ahumada, y no tener mirar a los demás a los ojos, aunque ellos me miren imberbes y jorobados como cualquier lunes, para no tener q continuar en esa amistad forzada con el asfalto, y acabar con las conversaciones terapéuticas con la punta de mis zapatos. Quiero aquella mascara para q sea mi rostro, para hallarme algún día sorprendido en Matta con Tarapacá con una bella conejita, de lunares amarillos o como sea q decía la canción, y mirarla por los agujeros de su cara y amarla. Y jugaríamos lentamente a correr por praderas de felpa, de algodón, de azúcar, y a caer, en sueños, en canciones, flotar y comer zanahoria, para huir, a un escondite mas allá del arcoiris y de los nefastos duendes, donde el gris no es color, tal vez hasta llenar el lugar de conejitos, olvidando nuestros rostros para siempre, sellarlos y votarlos al mar, con tres candados, y tragarme la llave. Vivir como cíclopes turnios, tan solo mirándonos, con sus ojos en mi ojos, y su mano en mi frente, lamer sus dedos y untarlos en manjar, lavar sus pies y besar sus ojos antes de dormir.
A veces me gustaría saber francés, como se dirá aro aro en francés? da igual. Dicen q es el idioma del amor, así difícilmente aprenderé francés, porq el amor aun es un misterio para mi, como las pelusas, los dientes de león y la indiferencia, como el asco a las guatitas y al cochayuyo, como el capital, los sudokus y el culto a los famosos. Quizás debería retomar mis lecturas honomatocentricas y disléxicas para desintoxicarme de la verdadera naturaleza de la vida y los colores, para abstraerme, en esta droga, q como todos los oficios y las aventurillas culturales en general, nos aleja de la creación verdadera, de la libertad que se carga tras la nuca, en ese dobles del cuello de la camisa. Como el resfrioman, o algún esmerimerelo que viaja sobre nuestros hombros y q parecen ser los culpables de algunas depresiones endógenas, según mi abuelo. También se q aunque no todos lo crean hay algunas estatuas que se mueven, una vez una me guiño un ojo, creo q era de esas como egipcias de los cementerios.
Hoy me queme la lengua con el café, como siempre, pero fue distinto, tu respirabas a mi lado, fue distinto, había un caracol o una mariposa sobre mi ombligo creo, no se, no tengo otra explicación a eso. Escucho que alguien dice q nacimos para perder, lo dice en ingles, primera derrota, pero lo creo y lo archivo, continua y dice, es uno de los dos : tu o yo, se guarda, se respeta y se vuelve a archivar. Eso ultimo no me gusto, lo hago arder, que caiga, q se esfume y vuele con las golondrinas, ellas siempre saben donde ir, es mejor q calle, y q no diga nada, todo puede ser ocupado en nuestra contra siempre, aunque no se archive, el recuerdo es algo q no requiere de letras ni significantes. Y se esfuma, y tal vez se fuma también, todo depende del pulmón, yo prefiero verlo volar, y que se esconda de mi, como aquella mariposa caracol ya se arranco, debe tener su propia madriguera, espero q vuelva, q alguno de sus cachitos salga con este sol, y q a toda estrella se apague, porq las noches de caracoles son siempre noches insomnes, eso, eso todo el mundo lo sabe.