Hoy dia encontre por fin, sin buscar ni dejar de rascarme la cabeza ociosamente, una excelente definicion de desesperacion, que es la palabra mas cercana a mi estado congenito cerebral y estomacal, descripcion precisa para esta ulsera blasfema que no me deja contemplar tu fotografia, sin congraciarse con un malestar que bastante dista de las mariposas cliches en la guata, pero que para mi racionalizacion es el mas bello signo de obsesion y de armonia santificada en tu nombre, en tu recuerdo y en tu cruz (para ponernos un tanto eclesiasticos). El bendito librito donado por un amigo cercano define la desesperación como un deseo impetuoso por morir debido al hecho impostergable de conocer y autoreconocerse tan pequeño e insignificante que nada podría hacerse para escapar de la muerte, una definición completamente esquizoide y tripolar (como dices tu), pero que se amolda perfectamente a la condicion de saturación extrema del alma, y de los pseudo rincones de la casa superhipermegarecontradoblemente recorridos una y otra vez, y tambien se correlaciona directamente con la gran crisis economica en mi wol estrit santiaguino domestico y hogareño debido al gran gasto en cigarrillos y uno que otro helado, sin contar aquella ocasión en que te invite a comer, donde despilfarre anónimamente hasta el ultimo morlaco de mi fondo comun para lograr impresionarte infantilmente aunque sea un cachito. La definición de desesperación podria compararse metafóricamente ( o metionimicamente?) a querer saltar por la borda, ironia exquisita y hasta un tanto científica, sobretodo profiriendo que el relato se desarrolla en un crucero 7NC (7 Noches en el Caribe), sumado al análisis psicoemocional que posteriormente proporciona el autor respecto de los antecedentes depresivos previos. Pero como yo no tengo barco, mas bien optaria por azotar mi cabeza contra una pared, por remilgar alguna que otra camisa, por fumar y fumar y fumar (rutina que me proporciona cierta cuota de sensación de madurez, ademas del sentimiento inconciente de suicidio lento y pulcro que confirma la cajetilla), por tratar de sentirme acompañado en internet, y todos esos intentos fatídicos que tan solo me acercan mas a la borda, donde imagino al capitan Garfio tras de mi, pinchandome la espalda para que salte de una vez por todas, el problema es que yo siempre he despreciado rotundamente la estupenda idea ( tarea para la casa: averiguar quien fue el mierda que invento peter pan) de que un monton de niños pequeños, desenfunden sus espadas para atacar y dar muerte a cientos de piratas, y luego entregar a las fauses de un cocodrilo gigante a un pobre individuo manco que mas que probablemente debe haber sufrido de una severa carencia afectiva en la infancia (acaso nadie se pone ni por un segundo en el lugar del pobre garfio?). Otro elemento interesante que aporta el periodista dueño de la historia, es que este sentimiento de desesperación se veria acrecentado en contextos como el de un crucero 7NC, de lujo, donde el ambiente y las propagandas y la vida en general a bordo del barco, se enfoca a parejas, a grupos, al ya mas que manoseado concepto de “amigo”, a la alegria de la fiesta, del mojito cubano, del bar abierto, de las noches estrelladas en la cubierta, lo cual contribuye a denigrar de sobremanera la condicion de los, en tantas otras ocasiones vanagloriados, solteros. Entonces tenemos que mientras mas observes que otros individuos son mas felices que tu (cosa que ocurre en un 99% de nuestra vida, porque somos por naturaleza unos inconformistas y malagradecidos acérrimos, cosa no del todo mala), tu sentimiento de desesperación se acrecenta. En fin, un ultimo reparo es que se nombra tambien a un sujeto que se suicido en uno de estos cruceros, no precisamente motivado por reunirse con garfio al interior de algun cocodrilo. El mar es un “algo” tan “nada” que si uno se descuida puede absorverte sin necesidad de ahogarte. Y en este momento mi casa es como el mar, es inmensa y eterna, y en cada esquina acecha un recuerdo, alguna estupidez, uno de esos suspiros, que mas bien quieren ser estornudos, o algo mas molesto o rebelde, que plasme un poco mas esa sensación de picazon interior, de querer estirar la piel por dentro, de sentir que esta uno mal sentado, pero que estando de pie es preferible volver a sentarse, de querer dormir pronto para que el siguiente dia llegue luego para volver a acostarse temprano para que el subsiguiente dia llegue luego, etc, etc, etc y viceversa tambien. Mi casa y mi vida son como un océano ahora, pero sin crucero, aunque sí en un viaje, y esa sensación de atemporalidad, de ingravidad, de suspensión, como de vuelo, se acrecenta porque es verano, y uno no recuerda las fechas en verano, ni mide el tiempo, no en minutos por lo menos. Mi casa, mi vida y mi perro son como un océano, quizas porque aun no voy al mar, quizas porque tu estas en el mar, quizas porque tu eres el mar. Pero el mar tiene muchas características hermosas y siniestras a la vez (tripolar?), te deja flotar o te ahoga, te captura con su belleza o te captura con su sal, es fuente de inspiración o es fuente de mareo, te traga o te hace tragar agua, te pierdes en él o te dejas perder en él.
Sí, definitivamente eres el mar.
martes, 3 de marzo de 2009
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